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Errores comunes al tratar con inmobiliarias (y cómo evitarlos)

En el proceso de comprar, vender o alquilar una propiedad, muchas personas optan por recurrir a una inmobiliaria para facilitar la operación. Aunque estas empresas pueden aportar experiencia, contactos y respaldo legal, también es cierto que la relación con ellas requiere atención, claridad y expectativas bien establecidas. Tratar con una inmobiliaria no garantiza automáticamente que todo saldrá bien: como en cualquier servicio, hay aspectos que pueden fallar si no se gestionan con criterio.

A continuación se analizan algunos errores comunes al tratar con inmobiliarias, junto con sugerencias prácticas para evitarlos.

No investigar antes de contratar

Elegir por impulso o recomendación sin verificar antecedentes

Un error frecuente es seleccionar la primera inmobiliaria que aparece en un buscador o aceptar una recomendación sin hacer una verificación básica. Aunque una agencia tenga presencia en línea o buenas oficinas, eso no siempre es garantía de profesionalismo.

Cómo evitarlo:
Revisar reseñas de clientes anteriores, consultar en portales especializados, y pedir referencias. Verificar si están registradas en el organismo regulador correspondiente también es una buena práctica, especialmente en países donde el rubro está formalizado.

No leer ni entender los contratos

Firmar sin claridad sobre las condiciones

Algunos contratos inmobiliarios incluyen cláusulas sobre exclusividad, plazos, penalizaciones por rescisión o comisiones en distintos escenarios. Muchas personas firman sin leer con detenimiento, lo que puede derivar en conflictos si la operación no avanza como se esperaba.

Cómo evitarlo:
Leer el contrato completo y preguntar por cada punto que genere dudas. En caso de incertidumbre, consultar con un abogado o escribano puede ahorrar problemas futuros.

Confiar en promesas vagas o poco realistas

Expectativas infladas sin respaldo

Es común que algunas inmobiliarias, con el fin de captar clientes, presenten tasaciones exageradas o hagan promesas que no están respaldadas por datos reales del mercado. Esto puede generar frustración cuando la propiedad no se vende en los plazos esperados o cuando las condiciones cambian durante la operación.

Cómo evitarlo:
Solicitar una justificación clara del valor asignado al inmueble, basada en comparables concretos de la zona. Desconfiar de cifras que se alejan significativamente del promedio sin una explicación técnica.

Falta de seguimiento o comunicación deficiente

No saber en qué etapa está la operación

Algunas personas entregan toda la gestión a la inmobiliaria en Buenos Aires y luego se desconectan del proceso. Esto puede derivar en retrasos, decisiones tomadas sin consulta o pérdida de oportunidades.

Cómo evitarlo:
Establecer desde el inicio canales claros de comunicación y frecuencia de actualizaciones. Un correo semanal, una llamada o un informe breve ayudan a mantener informado al cliente sin generar dependencia.

No dejar nada por escrito

Acordar términos verbalmente

Otro error es confiar en lo hablado sin respaldo documental. Esto es especialmente delicado en operaciones donde hay dinero comprometido, como reservas o señas.

Cómo evitarlo:
Todo lo acordado debe quedar por escrito, firmado por ambas partes. Ya sea por correo electrónico, contrato o documento formal, la trazabilidad es clave en operaciones de esta magnitud.

Tratar con una inmobiliaria implica delegar, pero no desentenderse. Es un servicio que puede aportar valor, siempre que el cliente mantenga una actitud activa, revise cada paso y se informe adecuadamente. Conocer los errores más comunes no significa desconfiar de la otra parte, sino asumir un rol más consciente y participativo en una decisión patrimonial que, por su naturaleza, merece ser tratada con rigor y atención.

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